"Cómo entrenar a tu dragón" ("How to train your dragon")era una película de animación que en principio yo no tenía ni el más mínimo interés en ver. Para empezar, el plato fuerte de esta época del año se suponía que iba a ser el remake de "Furia de Titanes", que por lo que se había dejado ver en posters y trailers prometía ser una estupenda película de aventuras épicas con un diseño visual inmejorable. Desgraciadamente, la opinión mayoritaria de la gente a la que conozco y que la ha visionado coincide en que esta película ha acabado siendo un bluff "titánico". Lo único salvable del remake de la película de Harryhausen son los efectos especiales y, sobretodo, el diseño visual de las criaturas que aparecen en la película (el Kraken, la Medusa, los escorpiones gigantes...). En todo lo demás, el remake no le llega ni a la suela de la sandalia al original (que, por otra parte, tampoco era ninguna obra maestra, aunque tenía el encanto de un trabajo bien hecho). El protagonista no tiene ni una miga de carisma, los combates están rodados de forma ininteligible (¡que manía!) y la historia avanza a trompicones con unos cambios de ritmo brutales. La crítica especializada tampoco la ha dejado demasiado bien (puntuación media de 4.3 en la página "RottenTomatoes") y, aunque está rindiendo bien en taquilla, tampoco ha sido un éxito espectacular.
Sin embargo, este post no ha sido abierto para rajar el remake de "Clash of the Titans", sino para dar a conocer lo que para mí ha sido una agradable e inesperada sorpresa: la película de animación de la Dreamworks que se estreno el pasado 26 de marzo.
Quiero aclarar por anticipado que, en un principio, yo no daba ni un duro por "Cómo entrenar a tu dragón" y mucho menos tenía la intención de verla en el cine. Los estudios de animación de la Dreamworks empezaron muy bien su singladura en el mundo de la animación con la estupenda "HormigaZ", una película cuya premisa original se parecía sospechosamente a "Bichos" (y muy probablemente empezó como una copia descarada de la película de Pixar) pero a la que superaba ampliamente en planteamiento y ganas de innovar. Más tarde, Dreamworks obtuvo un espléndido triunfo con la primera "Shrek", y todo parecía indicar que este estudio iba a convertirse en una sólida alternativa a una Disney en decadencia a la que sólo salvaban los magníficos productos de la Pixar. Sin embargo, las cosas empezaron a torcerse. La calidad de las películas de animación de la Dreamworks empezó a caer en picado, pasando de productos mediocres pero entretenidos, como "Sinbad" o "Spirit", a auténticos esperpentos como "El Espantatiburones" (que viene a ser al género de la animación lo que las películas de Eddy Murphy son al género de la comedia) o las dos entrregas de "Madagascar" (en las que lo único que hace gracia son el pelotón de pingüinos). Cierto es que la Disney también estaba cayendo en un profundo declive, que desde "Lilo y Stitch" no acertaban ni una. Pero, para desgracia de Dreamworks, la Disney contaba con la colaboración de Pixar, que cada año lograban superarse a sí mismos ofreciendo una película mejor que la anterior.
En resumen, la diferencia de calidad entre las películas de Dreamworks y la Pixar podía resumirse con esta tira:
Y llegamos al año actual. La última película de la Dreamworks había sido la correctísima "Kung Fu Panda", que representaba un paso en la dirección correcta, pero había que ver si decidían seguir por ese camino o volvían a lo que parecía que era lo único que sabían hacer: historias cuya única gracia consistía en sus continuas referencias a la cultura pop. La campaña publicitaria de "Cómo entrenar a tu dragón" tal vez no ha sido la más adecuada para inspirar la esperanza de que las cosas en Dreamworks hayan cambiado. Los trailers parecían mostrar una especie de parodia de Pokemon (con dragones en lugar de bestiezuelas horrípidas de colores chillones y que lanzan rayos por el culo) en la que podíamos verse claras referencias a los videojuegos (desde "Panzer Dragoon" a "Spyro the Dragon"). Con este anticipo, mi intención original era ignorar el estreno de esta película y no prestarle ninguna atención hasta que saliera en DVD.
Entonces, llega lo inesperado. Gente de cuyo criterio cinematográfico me fío me cuenta que han visto esta película y han salido encantados. El que les haya gustado no me sorprende tanto como la razón por la que les ha gustado. "No parece una película de Dreamworks" me dicen. Intrigado, decido hacer un hueco en mi agenda para acudir al cine y darle una oportunidad.
Martes - 6 de Abril - 16:00 Hora Zulu - Laren Vilanova. Aprovecho astutamente un día en el que no tengo clases para acudir al cine en una hora intempestiva en la el público será mínimo, con lo que espero evitar tener que compartir la sala con gente que se deja el móvil encendido, jubilados que no se callan y chiquillería escandalosa dando la vara. Mi plan tiene un éxito superior al esperado. Exceptuando mi persona, la sala en la que dan la película está completamente vacía (lo que genera cierta sensación de inquietud, puesto que parece que en cualquier momento vas a ser atacado por un psicópata escondido en la fila de atrás). Sintiéndome como un magnate a lo Howart Hugues o Tony Stark que dispone de sala de cine privada para él solo, me trago un par de anuncios locales infames y espero a que empiece la película...
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Noventa y ocho minutos después, salgo al exterior sintiéndome tan satisfecho como después de haber visto "Watchmen". Ciertamente, "Cómo entrenar a tu dragón" es la mejor película de animación realizada por la Dreamworks. Ciertamente, "Cómo entrenar a tu dragón" no parece una película de la Dreamworks.
Tal vez se deba a que no es una historia original, sino que está basada en un libro infantil británico publicado en el 2003 y que ha dado inicio a una saga de hasta ahora ocho entregas.
Tal vez se deba a que los encargados de confeccionar esta jodida maravilla es que tenían claro desde el principio que lo que querían hacer era una película de aventuras y no un híbrido aventuras/comedia (evitando caer en el único punto negro de la por todo lo demás maravillosa "Up", que va cambiando continuamente de género a lo largo de toda la película: de dramón a comedia a aventuras).
Tal vez sea porque no hay animales parlantes ni secundarios cómicos (lo que no quita que el dragón compañero del protagonista sea monísimo y que algunos personajes tengan que decir la frase graciosa de rigor).
Tal vez sea porque la única referencia que hay a la cultura actual es a "Dungeons & Dragons", y solamente alguien que haya jugado a este juego será capaz de darse cuenta de ello, tal vez sea porque la película dura exactamente lo que debe durar (no hay ninguna escena de relleno, no hay combates demasiado cortos ni artificialmente alargadas, todo el rato está sucediendo algo que hace avanzar la historia).
Sea cual sea la razón, ya tardais en verla. Y esta SÍ que se merece ser vista en cine.
Assumpte: "Cómo entrenar a tu dragón": opinión post-visionado 
Dj Abr 08, 2010 9:50 pm
